Lo que revela un ejercicio de medición del tiempo, el cuidado y la defensa ambiental con mujeres del Magdalena Medio, Santander
Mientras los gobiernos, los medios y los expertos conversan sobre los grandes problemas del país, los más esenciales recaen sobre los hombros de mujeres que nadie ve: las que cuidan.
En las veredas y riberas del Magdalena Medio, hay mujeres rurales cuidan a otros, buscan agua, cocinan con leña, acompañan a quienes no tienen a nadie. Lo hacen con los brazos, con la espalda, con el tiempo que no les alcanza. Lo hacen sin salario, sin descanso, sin aplausos.
Este especial recoge lo que 42 de ellas dijeron, hacen y han sostenido sin descanso. Es también un acto de reconocimiento: porque cuidar no siempre se nota, pero siempre sostiene la vida y la paz.
La historia en cifras
Este no es solo un estudio. Es una radiografía del tiempo, los cuerpos y las cargas que sostienen la vida en lo rural.
Durante semanas, con 42 mujeres rurales de San Vicente y El Carmen de Chucurí medimos sus días: las horas que dedican a cuidar a otros, a cargar agua, a prender el fogón, a participar, a proteger el ambiente y el territorio.
Para hacerlo, adaptamos el Modelo de valoración del trabajo no remunerado de las mujeres, incorporando dimensiones como el cuidado ambiental, las percepciones sobre el desgaste físico y emocional, y los obstáculos que enfrentan para ejercer liderazgo.
Hablaron también de lo que no alcanza: el tiempo, la salud, el apoyo, el descanso. De los riesgos que enfrentan cuando lideran, y de lo que necesitan para que el cuidado no recaiga solo sobre ellas.
Todo eso quedó registrado. Porque entender sus cifras es también entender sus luchas. Este estudio es un paso más para poner el cuidado en el centro: no como un privilegio, sino como un derecho que el país aún no reconoce.

El tiempo de Doña Graciela
«Mientras revuelvo la olla, ayudo a mis nietos con las tareas. A veces toca salir por leña o ver si el enfermo comió algo. Todo al tiempo. Así es mi día».
Tiene 76 años y dedica 110 horas a la semana al cuidado del hogar o de otras personas. También es lideresa ambiental y no sabe cómo hacer rendir el tiempo. Hace varias cosas a la vez, porque no hay otra opción que ser multitarea.
Con el salario mínimo de 2025, su trabajo vale $3.259.500 al mes. Pero no le pagan nada. Su tiempo no es libre. Su esfuerzo no es reconocido.
Y aun así, ese tiempo sostiene la vida de muchos.
Caracterización
Edad: 20 a 59 años. Grupo etario más representado: 40 y 59 años.
Tiempo dedicado al cuidado
Condiciones del cuidado
Situaciones de riesgo
- Discriminación por razones de género y nivel socioeconómico por parte de miembros de la comunidad.
- Fallas institucionales en la prevención y atención de violencias sociopolíticas.
- Presencia de actores armados que convierte las acciones de construcción de paz en factores de riesgo para las mujeres.
Publicaciones: lo que aprendimos y decidimos compartir
Cada documento aquí disponible recoge otra parte del proceso: investigar, entender, actuar y compartir. Es conocimiento situado, feminista, hecho para circular, fortalecer redes y seguir garantizando derechos.

CUIDAdanas: Mujeres que sostienen la vida
Estudios sobre los cuidados que realizan las mujeres rurales en el Magdalena Medio
Descárgalo. Léelo. Úsalo.

Informe ejecutivo
CUIDAdanas: mujeres que sostienen la vida
Descárgalo. Léelo. Úsalo.

Así se pronucia el movimiento de mujeres de Santander, Colombia
sobre los trabajos del cuidado.

Modelo para la valoración del trabajo no remunerado de las mujeres
Déscargalo. Léelo. Úsalo.
Datos de género que importan
CUIDAdanas es una producción de Datos de Género, una estrategia de la Fundación Mujer y Futuro que transforma cifras en herramientas de cambio.
Con enfoque de género e interseccionalidad, esta estrategia pone el conocimiento al servicio de la acción política y social, visibilizando lo que casi nunca se cuenta: el trabajo de cuidado no remunerado, las violencias normalizadas, el impacto de la migración.
Datos de Género existe para contar lo que importa. Y para que esa información sirva, de verdad, para cambiar lo que duele.
Aquí, los datos no son neutros ni distantes: hablan desde la experiencia de las mujeres, desde lo que viven, cuidan, sostienen y exigen.
Redes sociales: ver y escuhar con cuidado el cuidado
Cuidar también se cuenta con el cuerpo, la voz y la imagen.
En esta sección reunimos fragmentos vivos del estudio:
Tres reels que cuentan historias de mujeres que cuidan desde lugares distintos: una en lo rural, otra en su hogar con un hijo con discapacidad, y otra que cuida a toda una comunidad.
Son piezas breves, pero intensas. Porque mirar y escuchar el cuidado también es empezar a reconocerlo.
Corpografía del cuidado
Una serie sensible y poderosa: Corpografías, que retrata a mujeres de San Vicente y El Carmen de Chucurí en sus territorios, a través de fotografías y audiogramas que exploran el liderazgo y el cuidado ambiental.






