Con las mujeres adultas se realizó un proceso formativo orientado a fortalecer capacidades para la detección de situaciones de violencia de género y constituir una red de apoyo mutuo que permitiera la prevención y la protección frente a la violencia hacia las mujeres y las niñas. Con las jóvenes se desarrolló un proceso educativo centrado fomentar la autoestima, desarrollar hábitos de autocuidado y capacidades para tomar decisiones y apoyando a la vez la construcción de metas de vida a corto y mediano plazo. Durante la intervención se ofreció apoyo psicojurídico y se fortalecieron las capacidades institucionales de la FMF, como organización comprometida con este crítico problema social y cultural.